La mayoría de las lesiones producidas en el golf se podrían evitar con el calentamiento y la técnica adecuada, según el doctor Pedro Guillén, jefe del Servicio de Traumatología de la Clínica Cemtro, que participa en el VIII Curso de Medicina y Traumatología del Deporte, dedicado al golf. El curso, que comienza hoy viernes, está organizado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla La Mancha y el Colegio de Médicos de Toledo, donde tiene lugar.
“El golf es un deporte muy saludable, que se puede practicar a cualquier edad y con cualquier condición física, pero es necesario, como en todos los deportes, calentar previamente y no realizar sobre esfuerzos, causados muchas veces por una mala técnica», explica el doctor Guillén. El fortalecimiento de los músculos implicados en el lanzamiento, o swing, contribuye a reducir el riesgo de lesiones: pectoral, hombros, espalda, codo, muñeca, brazos y piernas.
Cuando se realizan movimientos intensos repetitivos por el mismo lado, al lanzar la bola, «se producen desequilibrios en la musculatura de la espalda, por lo que es necesario hacer ejercicios de estiramientos y cuidar la técnica para no forzar posturas», indica este experto.
Las lesiones más frecuentes del jugador del golf son de columna, que suelen producirse en pacientes con disminución de la rotación interna de la cadera. A juicio del doctor Tomás Fernández Jaén, vocal de SETRADE (Sociedad Española de Traumatología del Deporte), «muchas veces el paciente desconoce que tiene una patología de cadera que es la que le está condicionando que el swing le haga daño a la columna, y se extraña cuando acude al médico, quejándose de un dolor de espalda, y el médico le dice que es por la cadera».
Las lesiones en golf varían dependiendo del tipo de jugador y su edad. Se ha comprobado que los hombres son más propensos a sufrir lesiones de espalda y las mujeres de codo. Por otro lado, los golfistas de más edad suelen padecer lesiones de cadera y de hombro, y los más jóvenes mano y codo.
Otras lesiones habituales en este deporte son de muñeca, que se producen «cuando el golfista da un golpe fallido contra el césped, lo que provoca una compresión de la articulación radio-carpiana», apunta el doctor Fernández Jaén. El codo también sufre tras una práctica repetida, como ocurre con otros deportes, como el tenis. Un estudio publicado en Sports Health revela que «las lesiones pueden deberse al uso repetitivo que lleva al fallo del tejido. La rehabilitación tras la lesión o la cirugía del codo es vital para restaurar por completo la función normal y que el atleta pueda retornar a la competición tan rápido y seguro como sea posible».
El doctor Fernández Jaén recuerda que también se producen lesiones en pies y tobillos, «debidas por lo general a sobrecarga al caminar largas distancias con un calzado inadecuado de taco no ajustado”.