Los XVII Juegos del Mediterráneo se han celebrado en la ciudad turca de Mersín entre los días 20 y 30 de Julio de 2013 con un buen resultado deportivo para el Equipo Español. 175 deportistas de 24 disciplinas diferentes olímpicas, paralímpicas y no olímpicas han conseguido 82 medallas situándose, en esta ocasión, en cuarto lugar del medallero detrás de países con un número muy superior de participantes.
Desde el punto de vista médico deportivo, la Delegación española ha contado con una asistencia de alto nivel durante toda la competición. El equipo, encabezado por la Dra. Manuela González Santander y el Dr. Tomás F. Fernández Jaén, como médicos del Comité Olímpico Español, contó con la participación de los fisioterapeutas Adolfo Giménez, Ignacio Viejo y Esther Nieto para cubrir las necesidades de la familia olímpica que acudía a los Juegos sin cobertura médica de sus Federaciones (109 deportistas y 46 oficiales). Junto a ellos los responsables médicos y de fisioterapia de las Federaciones de Atletismo Jorge González y Ángel Basas, Balonmano César Flores y Maialen Araolaza, Natación José Daguerre e Israel González y Waterpolo Albert Estiarte y César Olmedo completaron la cobertura médica a sus equipos pero con clara vocación de disponibilidad para el resto de la Delegación.
La asistencia médica en unos Juegos del Mediterráneo se inicia días antes de la Jornada Inaugural. Conocer las infraestructuras sanitarias del país organizador, sobre todo en la Villa Mediterránea, montar las salas asignadas al equipo médico con el material aportado por el Comité Olímpico Español, acudir a la Reunión Médica para conocer los detalles de localización de Hospitales, centros asistenciales, personal en las diferentes sedes deportivas y la sistemática de realización de los controles de dopaje, constituyen las primeras tareas a realizar. A continuación, estructurar el calendario de competición en función de la probabilidad de riesgo lesional, definirá el trabajo de cada uno de los Miembros del Equipo y se establecerá de manera consensuada cada día.
En el campo de prevención y valoración de los Deportistas, la posibilidad de disponer de toda la información a través del Historial Médico Digitalizado, accesible para el equipo médico facilita en gran medida el trabajo. No obstante consideramos básica una encuesta de Salud destacando la presencia de alergias, el tipo de medicación o ayuda ergogénica utilizada en ese momento y la presencia de alguna lesión o patología que requiriese tratamiento durante la celebración de los Juegos. Cualquier duda en los datos aportados implica una entrevista con el Deportista para su valoración y determinación de necesidades para la competición.
En el área de control de dopaje, es fundamental tener actualizados los seguimientos y las AUTs por parte de las Federaciones Internacionales y la realización de controles previos a la llegada de los deportistas a la Villa. Una vez allí es importante informar a los diferentes equipos de las características de los posibles controles a realizar, controles en competición, acompañamiento de deportistas o entrega de notificaciones.
Desde el punto de vista asistencial las consultas atendidas correspondieron en un 28% a problemas surgidos en el momento de la competición y el resto en entrenamiento o la vida diaria en la Villa. El 70% han sido lesiones de aparato locomotor con una mayor incidencia de miembros inferiores (42%), seguido de miembros superiores (36%) y columna vertebral y pelvis (16%).
Solo se produjo el abandono de la competición por parte de una jugadora de balonmano al tratarse de una doble lesión por fractura de falange media de un dedo de la mano y contusión ósea en rodilla sin lesión ligamentosa severa y un atleta por dolor en gemelo interno en previsión de posible lesión de mayor gravedad.
La segunda causa más frecuente fue la digestiva (13%) debido a la aparición de cuadros leves de gastroenteritis autolimitadas a 24 h de evolución y que se produjeron igualmente de forma generalizada en otras Delegaciones. Tras realizar la Comunicación pertinente a los Servicios Médicos de la Policlínica, se consideró como causa más probable el alto contenido en especias de la comida, pudiéndose controlar en general con buena hidratación y control de dieta.
En tercer lugar el aparato respiratorio (9%) con cuadros banales de catarros de vías altas y faringitis derivados del uso de aire acondicionado en las Sedes y en el interior de los edificios, así como del abuso de las ordenes de voz por parte de entrenadores.
Se solicitaron 14 controles de dopaje, 13 de orina y uno de sangre. Todos ellos se desarrollaron dentro de la normativa vigente y sin ningún requerimiento adicional.
En resumen, un buen trabajo desde el punto de vista médico deportivo de cara a un acontecimiento de esta magnitud supone contar con profesionales cualificados que puedan resolver cualquier incidencia en el momento, realizar un buen trabajo en equipo y controlar los factores tanto ambientales como los inherentes a la competición como elementos claves de una asistencia de calidad.
Agradecimientos a la Dra. Manuela González Santander y al Dr. Tomás F. Fernández Jaén por su colaboración en este artículo.