Tendinopatía Aquilea

Dr. David López Capapé  

Médico especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica.

Miembro de la Sociedad Española de Traumatología del Deporte (SETRADE)

Clínica CEMTRO y Clínica BICLINIC, Madrid.

www.doctorlopezcapape.com  @Capa1973

 

El tendón de Aquiles o tendón calcáneo es el más potente del cuerpo humano. Es el tendón del músculo tríceps sural de la pierna, constituido por los gemelos (gastrocnemios) y el soleo. Se inserta en la parte posterior del hueso calcáneo, a nivel del talón. Existe una bursa entre el hueso y el tendón en la parte superior de esta unión, llamada bursa retrocalcánea. La función principal de este tendón es la flexión plantar del tobillo, propulsándonos en la marcha al caminar y al correr o saltar. Soporta fuerzas de hasta 10 veces el peso corporal en estas actividades.

El tendón de Aquiles mide unos diez centímetros de largo y aproximadamente uno de ancho en su tercio central, donde su sección es más circular.

Podríamos clasificar las lesiones del tendón de Aquiles en dos grupos:

  • Roturas del Tendón, suelen ser agudas, muy incapacitantes, y en casi todos los casos se tratan quirúrgicamente.
  • Tendinopatías, habitualmente se hacen crónicas. El término tendinitis lo hemos abandonado porque casi nunca existe inflamación muy evidente, salvo en algunos momentos. Están más en relación con el sobreuso, casi siempre en deportes en los que predomina la carrera y el salto. También se ven en personas sedentarias de mediana edad más en diabéticos y obesos. El tratamiento conservador resuelve la mayoría de los casos. Pueden afectar al cuerpo del tendón o a su inserción, ambas entidades deben ser diferenciadas. 

Tendinopatía aquílea no insercional o del cuerpo del tendón.

El dolor crónico en el tercio medio del tendón recibe esta denominación. Es frecuente en corredores, por sobrecarga, pero también se ve como hemos dicho en personas sedentarias con algunos factores favorecedores como el sobrepeso, la diabetes o alteraciones de la pisada. Algunos antibióticos como las fluoroquinolonas se han relacionado con la patología de los tendones.

Los periodos de descanso hacen mejorar los síntomas pero cada vez que se vuelve a una actividad normal, o habitual en el caso de los atletas, reaparecen los mismos e incluso se agravan.

La suplementación con algunos nutrientes como el ácido hialurónico, el colágeno, los antioxidantes y los ácidos grasos esenciales han demostrado eficacia en esta patología.

El proceso patológico suele asociar siempre una inflamación crónica y engrosamiento de la vaina del tendón o peritendón (peritendinitis crónica), y una degeneración del tejido conectivo en el cuerpo del tendón (tendinosis). 

El diagnóstico es fácil con dolor a la palpación, engrosamiento fusiforme del tendón (imagen de resonancia adjunta), o presencia de nódulos. En casos de peritendinitis aguda puede existir crepitación con el movimiento.

La ecografía o la resonancia magnética ayudan a definir el estado del tendón, valorar si hay alguna rotura o quiste intratendinoso, a ver si existe un engrosamiento mayor o menor del peritendón y aumento o no del líquido entre el mismo y el tendón.

En fases agudas el tratamiento debe basarse en medidas conservadoras de frío, elevación, compresión y reposo o modificación de la actividad. En referencia a este último punto, sobre todo en corredores, los síntomas son menores o inexistentes en bicicleta, piscina o elíptica, según en cada caso.

Además, estas medidas se pueden acompañar de un tratamiento biorregulador, que en esta fase puede hacerse con Traumeel (modulador de la inflamación con efecto analgésico) y Lymphomyosot (favorece el proceso de curación eliminando la tumefacción y edema y favoreciendo una correcta cicatrización del tejido dañado), tanto de forma oral como parenteral o local. Siendo una terapia recomendada especialmente en deportistas por su seguridad, ya que no se han evidenciado efectos secundarios, ni es una terapia dopaje positiva.

El tratamiento de rehabilitación que más ha demostrado su utilidad en recuperar un tendón con este problema es el Protocolo de Ejercicios Excéntricos que deben hacerse a diario durante 6 a 12 semanas, y con carga progresiva. Consiste en subir en el borde de un escalón con los dos pies hasta ponernos de puntillas, y desde arriba bajar lentamente solamente con una pierna que es la que trabaja en excéntrico el tendón. No debe olvidarse la realización de musculación convencional del gemelo y el soleo con trabajo hacia la fuerza máxima y en fase concéntrica, que nosotros recomendamos dos veces por semana al menos.

El tratamiento con radiofrecuencia, la tecarterapia (Human TECAR) es uno de nuestros tratamientos de elección, no es invasivo, no es doloroso, mejora la elasticidad del tendón y disminuye la inflamación y el dolor. 

En casos rebeldes se opta por añadir terapias como las Ondas de Choque Extracorpóreas. La combinación ondas de choque con excéntricos ha demostrado ser superior a cada uno por separado. 

En nuestra opinión las técnicas de fisioterapia invasiva como la EPI o la EPTE deben ser realizadas en casos muy seleccionados, y siempre como tratamiento de segunda elección. 

Las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetarios o plasma rico en plaquetas (PRP) no ha demostrado buenos resultados en esta patología, y parece ser más útil en los casos de roturas parciales con tendencia a no cicatrizar. 

La cirugía está indicada a partir de los 6 meses de tratamiento conservador bien realizado. Cuando el componente de peritendinitis es grande y crónico el tratamiento quirúrgico es más necesario. Las técnicas consisten en liberar bien el tendón de las adherencias que lo cubren, abrir la fascia crural y el peritendón, y en casos de tendinosis, resección de las áreas patológicas si son macroscópicas o hacer tenotomías longitudinales si no son muy evidentes. 

Nosotros realizamos microtenotomias con terminal de radiofrecuencia (Topaz) (foto superior) en los tendones afectados de tendinosis. Recientemente hemos publicado nuestros resultados con mejoría y vuelta al deporte de más del 90% de los casos. 

El postoperatorio es sencillo, carga parcial con bastones ingleses desde el primer día, vendaje compresivo, retirada de puntos en unas dos semanas, durante las cuales recomendamos uso de heparina de bajo peso molecular para prevenir eventos tromboembólicos.

Tanto Traumeel como Lymphomyosot vuelven a ser de gran utilidad en esta fase postoperatoria, para el control de la inflamación y tumefacción postoperatorias. 

La vuelta a una vida normal se sitúa en alrededor de 4 semanas, pero la actividad física debe ir reanudándose muy lentamente, haciendo especial hincapié en el fortalecimiento y maduración del tejido del tendón operado. El nivel previo puede tardar en alcanzarse aproximadamente un año, aunque se empieza a correr en el 4º mes. El tendón queda engrosado tras la intervención pero deja de ser doloroso. La fisioterapia como es lógico juega un papel importante en la recuperación. El tratamiento con TECAR (tecarterapia) que mejora la microcirculación, vuelve a ser muy efectivo para acortar los plazos de recuperación.

La readaptación a la actividad en atletas de alto nivel es muy importante, siendo el fortalecimiento lo más importante. La electroestimulación puede jugar un refuerzo positivo a la musculación clásica.

La progresión en las cargas de entrenamiento, kilometraje, intensidad, uso de clavos, etc…debe ser adecuada para evitar la persistencia de síntomas dolorosos o inflamatorios en el tendón.

Ver más en http://www.doctorlopezcapape.com/traumatologia-deportiva-tendon-aquiles.php

SETRADE

Acceder a tu perfil de socio.
¿Aún no eres socio de SETRADE?
¡Hazte Socio!